El aceite de oliva es uno de los aceites de cocina más saludables, en gran medida porque es rico en grasas monoinsaturadas y sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Lamentablemente, también es un objetivo común del fraude alimentario, afirma Olmsted.
“El aceite de oliva es fácil de adulterar y es difícil o imposible comprobar su autenticidad”, explica David Dellanave, un importador de aceite de oliva con sede en Minneapolis. El aceite falsificado suele diluirse con aceites más baratos, como el de girasol, canola, soja o avellana.
Cómo encontrar el auténtico aceite de oliva virgen extra
La mejor manera de encontrar el aceite de oliva auténtico es informarse de una fuente fiable sobre el sabor del buen aceite de oliva. “Si un minorista no te deja probar el aceite, ve a otro sitio a comprarlo”, aconseja Dellanave. “La única forma fiable de saber que estás comprando aceite de oliva es conociendo su procedencia”.
Otra opción es evitar los productos importados y buscar el sello del Consejo de Aceite de Oliva de California. Los productores de aceitunas de California, que produce aproximadamente el 99 por ciento del aceite de oliva nacional, someten su producto a análisis químicos y pruebas de sabor antes de obtener el sello de aprobación. (Obtenga más consejos sobre AOVE en “Cómo encontrar aceite de oliva virgen extra auténtico”).
Tenga cuidado con los impostores entre algunos de sus alimentos favoritos y aprenda a asegurarse de comprar el producto real leyendo “Cómo encontrar Real Miel, café, aceite de oliva virgen extra, queso parmesano y jarabe de arce”, de donde se extrajo este artículo.