Para quienes no pueden o no quieren comer pescado graso, o tienen ciertos problemas de salud, la suplementación es una forma de aumentar los niveles de omega-3. “Hay algunas afecciones que podrían responder bien a la suplementación, como la depresión o los factores de riesgo cardiovascular, incluidos los triglicéridos elevados”, explica Kathie Madonna Swift, MS, RDN, LDN.
Si decides complementar tu dieta, ten en cuenta estos consejos:
1. Elija un suplemento prensado en frío, lo que significa que el aceite se ha extraído con calor limitado, dice la Dra. Jeanne Rosner. “Siempre guarde los suplementos en un lugar fresco y oscuro”. Esto evita la oxidación por exposición a la luz y al calor.
2. Busque una certificación de terceros que indique que el aceite de pescado ha sido purificado para eliminar los PCB, el mercurio, las dioxinas y los furanos. El Dr. Mark Pettus recomienda investigar los productos en consumerlab.com y labdoor.com.
3. Considere el aceite de krill por su alta biodisponibilidad, dice Pettus. “Es una fuente sostenible de omega-3 marino y su biodisponibilidad es hasta un 30 a 40 por ciento mejor que la de otras fuentes”.
4. Pruebe los suplementos de algas verdeazuladas o espirulina como opción vegetariana, sugiere Rosner.
5. Consuma más alimentos ricos en ALA, como nueces, lino, chía, cáñamo y verduras de hoja verde. Rosner también recomienda la cúrcuma y la pimienta negra, y señala que hay estudios que sugieren que los ingredientes activos de estas especias juntos pueden ayudar a aumentar la conversión de ALA en DHA y EPA.
6. Reduzca la cantidad de suplementos cuando haya mejorado su dieta, dice Kara Fitzgerald, ND. “Si come más pescado graso algunos días, puede reducir la cantidad de suplementos para equilibrar lo que obtiene de su dieta”.